RENUEVANOS

Tenemos un lindo día. Lunes, principio de semana.

Dice el salmo 51:10:
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.”

Corazón limpio. Decía el rey David en medio de aquella turbulencia en la que estaba, en medio de aquel tiempo en que estaba restaurando su vida para poder ser mejor instrumento delante de Dios.

El corazón, claramente, los sentimientos, las emociones, todo lo de uno, decirle: “Señor, renuévalos, haz cambios.” Porque a veces, sin darnos cuenta, nos traicionan. Nos hacen cometer errores. Por eso el rey decía: “Límpiame, Señor, créame un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí.” Renueva esa acción. Renueva esa forma de hacer las cosas. Renueva, Señor, mi ser, dentro de mí. Que el espíritu, esa parte interna, que es sagrada, que todos los días se renueve para yo poder tener siempre la oportunidad de estar delante de ti.

No podemos levantarnos y adorar a Dios y sentirnos bien si nuestro corazón está contaminado. No podemos levantar manos santas si estamos contaminados; necesitamos limpieza. Necesitamos que nuestro espíritu también sea correcto para poder caminar siempre en la voluntad de Dios.

Oramos:

Padre, gracias porque tú eres bueno. Nos invitas todos los días a provocar cambios en nuestro corazón y en nuestra vida. Nos invitas a limpiar el corazón, a quitar toda la basura que está ahí en la mente y en el corazón, cosas que de pronto hemos vivido y que no tiene sentido seguirlas teniendo. Ayúdame, Señor, a eliminarlas. Ayúdame, sobre todo, a tener un corazón recto, siempre ese espíritu, Señor, de poder caminar en rectitud, en las cosas, en justicia; a dejar a un lado todo aquello que es torvo, Señor, y buscar tu presencia, Padre.

Te lo pido en el nombre de Jesús para poder ser el mejor creyente, el mejor siervo que tú has escogido. Amén.

Que tengas un lindo día y disfruta la bondad de Dios y su abrazo.