
¡Bendiciones en esta hermosa mañana de sábado!
Hoy quiero regalarte la Palabra en el Salmo 119:114:
“Tú eres mi refugio y mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza.”
El salmista nos recuerda que Dios es nuestro refugio y nuestro escudo. Es decir, Él es nuestra protección y cuidado. Cada día, el Señor nos da una palabra de ánimo, consuelo y seguridad. Pero, sobre todo, nos brinda la oportunidad de entender que solo en Él hay refugio, protección y verdadera paz.
Como dice también el Salmo 91, “debajo de sus alas estaremos seguros”. Además, el salmista declara:
“Tu palabra es la fuente de mi esperanza.”
Cada vez que leemos la Biblia, estudiamos y reflexionamos en ella, descubrimos esta verdad: Dios es la fuente de toda esperanza. Su Palabra nos anima, nos fortalece y nos impulsa a seguir adelante.
Oremos
Padre, gracias porque puedo encontrar en ti refugio, paz, gozo y seguridad. Gracias porque eres mi escudo, el que me libra de todo mal. En ti encuentro protección y, a través de tu Palabra, una fuente inagotable de esperanza.
Ayúdame, Señor, a caminar siempre en tus caminos, a buscar tu presencia y a recordar que solo en ti puedo refugiar mi corazón.
Te entrego mi vida en esta mañana. Que tu Espíritu Santo cubra y bendiga todo mi ser. Amén.